Mi gato no quiere comer y le cuesta respirar

Gato que respira por la boca
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Existen tres tipos diferentes de problemas respiratorios que tienden a desarrollar los gatos: jadeo, respiración rápida (taquipnea) y disnea o dificultad para respirar. Y existe una amplia gama de causas para cada una de estas afecciones, algunas más graves que otras.
Independientemente de la afección que crea que padece su gato, siempre se recomienda una visita al veterinario cuando su gato sufre dificultades respiratorias. Esta guía le ayudará a conocer mejor las opciones de tratamiento utilizadas por los veterinarios para tratar las dificultades respiratorias de los gatos.
Cuando lleve a su gato al veterinario por problemas respiratorios, es posible que el veterinario tenga que administrarle sedantes para reducir el estrés y la ansiedad y ponerle oxígeno suplementario para estabilizar su respiración. En casos muy graves, puede ser necesario utilizar una punción torácica para ayudar a expandir los pulmones. Una vez estabilizado su gato, el veterinario evaluará su estado realizando una serie de pruebas, entre ellas:
Cuando un gato tiene dificultad para respirar, lo que se trata es la causa, no los síntomas respiratorios por sí solos, excepto en los casos en que la causa sea una obstrucción de las vías respiratorias. En la mayoría de los casos, esto implica la administración de un medicamento para tratar la causa subyacente.
El gato respira con dificultad
La disnea, que significa dificultad para respirar, se produce cuando una mascota tiene la sensación de que le falta el aire. El verdadero término disnea no debe confundirse con taquipnea, que significa aumento de la frecuencia respiratoria.
Semánticamente hay una diferencia entre estas dos palabras. Cuando sale a correr con su perro, éste está taquipneico después de la carrera. En otras palabras, jadea y tiene un aumento de la frecuencia respiratoria; sin embargo, eso no significa que tenga dificultades.
Como cuidador de mascotas, debe ser capaz de observar la diferencia entre disnea y taquipnea, porque la disnea es una emergencia potencialmente mortal. La mayoría de las veces las mascotas presentan primero taquipnea, que puede servirle como primera pista de que la disnea puede estar en camino.
Por desgracia, el pronóstico de supervivencia ante una dificultad respiratoria varía en función de cuál sea el problema subyacente, las limitaciones económicas (que pueden limitar las opciones de tratamiento) y la gravedad de la enfermedad. En el caso de ciertas enfermedades, como la neumonía, el pronóstico es bueno con tratamiento, pero en el caso del cáncer, el pronóstico es de malo a grave.
Respiración abdominal felina
Para saber cuándo su gato respira deprisa, es útil conocer la frecuencia respiratoria normal de un gato. Un gato sano respira entre 20 y 30 veces por minuto. Esto se conoce como frecuencia respiratoria felina.
Puedes tomar la frecuencia respiratoria de tu gato palpándole el costado izquierdo, justo detrás de la pata delantera. Utiliza un cronómetro o tu Smartphone para cronometrar el número de latidos en 15 segundos. Luego multiplícalo por 4 para obtener las pulsaciones por minuto. Una frecuencia cardiaca normal oscila entre 140 y 220 latidos por minuto.
La respiración rápida en los gatos indica que su gato es incapaz de llevar suficiente oxígeno a los pulmones. La frecuencia respiratoria aumenta y puede volverse superficial. Esto puede llegar a ser grave y, en ocasiones, mortal. ¿Su gato respira deprisa? Aquí se enumeran las razones probables y las señales de advertencia...
Recuerde que el ronroneo puede indicar tanto angustia como felicidad. Que su gato respire rápido y ronronee podría significar asma o enfermedad cardiaca. Su veterinario necesitará un historial completo y saber si su gato respira rápido pero por lo demás es normal.
Mi gato respira con dificultad y parece aletargado
Además de la dificultad evidente para inspirar y espirar, los gatos que presentan disnea suelen mostrar diversos signos clínicos asociados. Por ejemplo, su frecuencia respiratoria puede ser notablemente rápida. Pueden jadear ruidosamente con la boca abierta y toser con frecuencia. Pueden bajar la cabeza, extender el cuerpo hacia delante y parecer tener arcadas y estar a punto de vomitar.
Los factores de riesgo de la disnea variarán en función de los factores de riesgo asociados a la afección que esté causando la dificultad respiratoria. La respiración dificultosa derivada de la insuficiencia cardiaca, por ejemplo, tenderá a afectar a los gatos mayores, ya que tienen un riesgo elevado de padecer esa enfermedad. La disnea inducida por el asma, por otra parte, puede afectar a gatos de todas las edades, pero puede ocurrir con mayor frecuencia en climas cálidos, "cuando florecen las flores", señala el Dr. Fletcher, "y hay mucho polen en el aire". La obesidad, señala, no es en sí misma un factor predisponente, aunque los problemas respiratorios pueden intensificarse más rápidamente en los gatos con sobrepeso.